Dentro de nosotros hay ángeles pero también demonios. Y éstas partes encontradas son justamente las que, muchas veces, inspiran la creación de obras de arte que de otro modo sería imposible realizar. Los mundos personales son poderosos imaginarios en los que perderse para encontrar conceptos e ideas que transmitir en la música, la pintura o la fotografía. En este primer número, diversos artistas, como Kai Landre o la Woolman Family, comparten con nosotros sus discursos más personales y la fuerza de su trabajo más vanguardista.